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En casi 40 años de existencia delictiva, el Cártel de Sinaloa se ha modificado debido a cinco grandes traiciones, según lo registra la Secretaría de Defensa Nacional
En cuatro décadas, la organización delictiva ha registrado, al menos, cinco grandes escisiones. EFE/ ARCHIVO
Esta no es la historia de una narcoserie; es la historia del Cártel de Sinaloa registrada por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a la que sumamos contextos de notas periodísticas y comunicados de los Estados Unidos. Contiene 41 hojas y se halla clasificado como Confidencial. La Defensa lo elaboró en abril de 2021 con el título Evolución de las organizaciones del narcotráfico en México.
En cuatro décadas, la organización ha registrado, al menos, cinco grandes escisiones. Sin embargo, podríamos estar en la puerta de una nueva reestructura.
La historia que cuentan los militares sobre el Cártel de Sinaloa y el narcotráfico nacional inicia en la década de 1970, con el llamado Cártel de Guadalajara. Esa época fue la del “florecimiento y desarrollo” del tráfico de narcóticos a gran escala, y se concentraba en Sinaloa, Nayarit, Colima, Jalisco, Michoacán y Guerrero. Era controlada por Miguel Ángel Félix Gallardo, alias El Jefe de Jefes, en colaboración con Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto; Rafael Caro Quintero y Juan José Quintero Payán, El Juanjo.
De esa estructura queda casi nada. La operación más grande la ha encabezado Caro Quintero en Sonora, especialmente el tiempo que estuvo fuera de prisión, y se le identificó como el Cártel de Caborca. En los años 80, el Cártel de Guadalajara se debilitó, sus líderes fueron aprehendidos y llegó “hasta su parcial desaparición”. Esto dio paso a los grupos de Amado Carrillo Fuentes, alias El Señor de los Cielos, en Ciudad Juárez; los hermanos Arellano Félix, en Tijuana; Héctor Luis El Güero Palma Salazar y Joaquín Guzmán Loera, en Sinaloa.
Pero estas estructuras también empezaron a ser golpeadas: Guzmán Loera fue capturado en Guatemala, en junio de 1993, junto con unos de sus lugartenientes. El Chapo acusó entonces una primera traición porque sus antiguos aliados, los Arellano Félix, lo querían matar. El Güero Palma fue preso en 1995, y el 4 de julio de 1997 murió Amado Carrillo Fuentes.
El Cártel de Sinaloa formó parte del Cártel de Juárez, organización criminal que se consideraba la más poderosa hasta la muerte de Carrillo Fuentes. Tras esta fecha crecieron las vendettas y felonías.
En una tercera generación de grandes capos aparece Ismael Zambada García, alias El Mayo. Se une a Guzmán Loera en 2001, cuando se fuga del penal de Puente Grande, Jalisco. El escape sucede en un carrito de lavandería, entre ropa sucia y tras burlar los controles internos. La fuga fue asistida por Dámaso López Núñez, subdirector del penal y, más tarde, parte fundamental de la estructura criminal de El Chapo. Se hizo líder de una facción, Los Dámaso, pero concluyó en un nuevo conflicto interno, una traición que los convirtió en archienemigos entre padres e hijos.
En 2001 también se agrupan con El Chapo, Ignacio Coronel Villarreal, alias Nacho Coronel; Juan José Esparragoza Moreno, alias El Azul; y los hermanos Beltrán Leyva. Tres años después, el 11 de septiembre de 2004, es ejecutado Rodolfo Carrillo Fuentes, alias El Niño de Oro, hermano de Amado Carrillo Fuentes, en Culiacán, Sinaloa, “por órdenes de Joaquín Guzmán Loera (a) Chapo Guzmán”. Ese asesinato sucedió en una plaza comercial, y sacudió nuevamente la estructura. Rodolfo, además, era custodiado por elementos de la policía de Sinaloa, lo que desató un escándalo de corrupción policial.
Posteriormente, sucede el asesinato de Arturo Guzmán Loera, alias El Pollo, hermano de El Chapo, el 31 de diciembre de 2004, “por órdenes de Vicente Carrillo Fuentes, se suscita una fractura en dicho cártel, dando inicio el Cártel de Sinaloa”. Ambos homicidios desatan la cruenta batalla entre las estructuras criminales, hasta ahora, 20 años después, irreconciliables.
Así, se genera una ampliación de violencia en Chihuahua, principalmente en Ciudad Juárez, donde el Cártel de Sinaloa ha ido ganando espacios, “en tanto que Carrillo Fuentes se mantiene con presencia en algunos municipios del centro y norte del estado”. Los niveles de violencia en el estado fronterizo se dispararon.
Ya como Cártel de Sinaloa o Cártel del Pacífico, como lo nombra el gobierno federal, el 21 de enero de 2008 sufre una escisión profunda. Es detenido por personal militar, Alfredo Beltrán Leyva, alias El Mochomo, lo que crea un rompimiento entre los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa “al considerar que Joaquín Guzmán Loera lo delató ante el Ejército Mexicano”. Una nueva acusación de traición y, con ello, una nueva reestructura y generación de híper violencia. Ese día, el equipo de Alfredo, conocido como “La Mochomera”, estuvo a punto de irrumpir en la detención, pero una orden final los detuvo.
Parte importante de la batalla se libró en Sinaloa porque ahí estaban sus feudos. Los Beltrán Leyva se unieron a los Carrillo Fuentes contra el CDS. Atacaron por el norte y por el sur del estado, principalmente por la sierra, lo que provocó el desplazamiento forzado de miles de familias a las que obligaban a tomar bando, cuando algunas de ellas antes trabajaban para una sola organización criminal.
El 9 de agosto de 2013, en una maniobra en la que se presume corrupción dentro del Poder Judicial, el Primer Tribunal Colegiado en Materia Penal del Tercer Circuito con sede en Jalisco ordenó la liberación de Rafael Caro Quintero. El capo se convierte nuevamente en un líder del Cártel de Sinaloa, crea su nueva facción, el Cártel de Caborca, e inicia una batalla con la facción de los Guzmán, hasta que es aprehendido nuevamente el 15 de julio de 2022 por elementos de la Secretaría de Marina.
Guzmán Loera fue nuevamente capturado el 22 de febrero de 2014 en Mazatlán, Sinaloa, mientras se hospedaba en unos condominios frente al mar, pero un año después se volvió a fugar, el 11 de julio de 2015, ahora del Altiplano, Estado de México, a través de un largo túnel que conectaba con su celda. Volvió a ser recapturado el 8 de enero en Los Mochis, Sinaloa, junto con Iván Gastélum, alias El Cholo Iván, su lugarteniente.
La casa donde se hallaba El Chapo era de dos pisos, y en su habitación tenía un pasadizo que conectaba con el sistema de drenaje pluvial de la ciudad. Salieron por una alcantarilla y robaron un vehículo que más tarde fue interceptado por elementos de seguridad. El Chapo fue extraditado a los Estados Unidos el 19 de enero de 2017. A partir de ahí, Los Chapitos tomaron el control de la organización de su padre e incrementaron sus rivalidades dentro de la estructura del Cártel de Sinaloa, incluido con El Mayo Zambada.
En esas fechas, el CDS estaba estructurado por cuatro facciones: Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Ismael Zambada García, Rafael Caro Quintero y Aureliano Guzmán Loera, alias El Guano, hermano de El Chapo y tío de Los Chapitos. Los militares también incluyeron a Juan José Esparragoza Monzón, El Negro o El Azulito, que falleció durante la pandemia de COVID-19.
Después de eso, se lee en el documento de 2021, la estructura criminal sinaloense no había sufrido más escisiones profundas… hasta ahora.
Por los tiempos del documento, la reciente captura de El Mayo Zambada en Estados Unidos no se halla analizada, pero las autoridades mexicanas han declarado que no descartan un conflicto interno, tanto que han enviado a cientos de militares a reforzar la seguridad de Culiacán. Aún no se conocen los hechos con exactitud, sin embargo, hay una amplia posibilidad de que haya sido una nueva traición, ahora de Joaquín Guzmán López en contra de El Mayo.
Los Mayos
En el documento confidencial de la Sedena, obtenido a través de la filtración conocida como Guacamaya Leaks, colocaron como “operadores relevantes” de El Mayo a su hijo, Ismael Zambada Sicairos, alias El Mayito Flaco, a quien se le identifica como heredero del imperio criminal de su padre, un joven que mantiene un bajo perfil, muy parecido a El Mayo.
También están Eliseo Imperial Castro, el Cheyo Ántrax, uno de los últimos elementos del brazo armado Los Ántrax, y que fue asesinado apenas en mayo pasado; José Guadalupe Tapia Quintero, Lupe Tapia, detenido en 2023, y a quien acusan en Estados Unidos de manejar parte de la logística de drogas sintéticas de la facción; Marco Iván Gurrola Lizárraga, alias El Talibán; Javier Torres Urrea, alias El Mono, al parecer, hijo de Javier Torres Félix, alias El JT.
En Baja California ubican a Alfonso Arzate García, alias El Aquiles, personaje muy conocido en el estado, y a Miguel Ángel Gaxiola Quintero, alias El Ruso, un operador de alto nivel de El Mayo, quien protagonizó una pugna armada contra Néstor Isidro Pérez Salas, alias El Nini, jefe de seguridad de Los Chapitos. Los enfrentamientos entre ambas estructuras se suscitaron, principalmente, en la zona norte de Culiacán, e incluso generó desplazamiento forzado de colonos. Al final, El Mayo envió al Ruso a Baja California para evitar más conflictos y el Nini fue atrapado por el gobierno federal y extraditado a los Estados Unidos.
En Durango tienen a José Luis Cabrera Sarabia, el 300, con amplios dominios en el estado, y a Gerardo Soberanes Ortiz, El G-1.
Los Chapitos
En los documentos también se señala a los operadores de la facción de Los Chapitos. En general, visiblemente más jóvenes que los de El Mayo. Los personajes son Ovidio Guzmán López, quien se encuentra extraditado en los Estados Unidos; su hermano Joaquín Guzmán López, que acaba de llegar a ese país en un avión privado acompañado de Ismael El Mayo Zambada, al parecer como una entrega de Guzmán López y en contra de la voluntad de Zambada.
Los militares también enlistan a Joel Zepeda Cano, alias El 23, a quien ubican como gente de El Guano; Édgar Isabel Román Martínez, alias El 22, presunto jefe de plaza fallecido de Los Chapitos en Guamúchil; Oscar Noé Medina González, alias El Panu, uno de los hombres de seguridad importantes de Los Chapitos, y Jaime Félix Medina, alias El Jimmy.
Hasta esa fecha, abril de 2021, los Chapitos contaban en Chiapas con Faustino Damián Castro, alias El Jefe, y Leonardo Santiago Martínez, alias El Sinaloense; en Nayarit con Paulo Flores Meza, alias El Flores, y César Mallorquín Hernández, alias El Chacalilla; en Chihuahua tenían a Ruperto Salgueiro Nevárez; en Baja California Sur a Adelaido Soto Aguilar, alias El Güero Layo; y en Sonora a José Luis Yocupicio Castillo, alias Luisito, a Juan Carlos Tintori Sandoval, alias Tintori, y a Cristobal Canastillo Morales, alias El 5.
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