Aunque el proceso fue doloroso, la experiencia les ha permitido a ambos crecer y establecer una dinámica saludable como padres

Por: El Informador

Actualmente, asegura que su relación con Rubín es “increíble”, ya que han aprendido a convivir desde otro lugar, compartiendo responsabilidades y trabajando en equipo para criar a sus hijas con amor y estabilidad. INSTAGRAM/@hectorparrag

En febrero de 2023, Andrea Legarreta y Erik Rubín sorprendieron al público al anunciar públicamente que ponían fin a su relación matrimonial tras más de veinte años de estar juntos. A través de un mensaje extenso en redes sociales, ambos explicaron que su vínculo como pareja había evolucionado, y que a partir de ese momento su historia seguiría desde un enfoque familiar.

“Nuestra historia de amor continúa en familia, como padres de nuestras amadas hijas, que son lo que más amamos en la vida y a las que estamos enseñando que una separación de pareja no es una separación de familia”, declararon entonces.

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Desde aquel anuncio, comenzaron a circular diversas teorías sobre las causas que llevaron a su ruptura. Aunque ambos habían tocado el tema en ocasiones previas, no fue sino hasta su participación reciente en el pódcast Conquistas tu mundo que Legarreta ofreció una reflexión más personal sobre el proceso de su separación.

Durante la entrevista, la conductora del programa Hoy habló con sinceridad sobre cómo la relación se fue transformando con el paso del tiempo, hasta el punto en que ambos se sintieron emocionalmente distantes.

“Es una historia de dos. Cualquier relación, si no la alimentas, llega un punto en el que se vuelve costumbre”, comentó. También reconoció: “Yo me volqué en mi rol de mamá, y creo que eso actuó como un distanciador significativo, mientras que él se concentró intensamente en su carrera laboral”.

A pesar de entender que era lo mejor para ambos, Andrea confesó que no fue fácil asumir el final del matrimonio ni dejar de identificarse como la pareja de Erik.

“Yo ya estoy parada en otro sitio. Me costó soltar el dejarme de ver como la esposa de Erik. Esta relación, esta historia, me dolió mucho, a pesar de que sabía que era quizás lo más sano”, dijo con franqueza.

Hoy, tras poco más de dos años de vivir separados, la también actriz señaló que han logrado mantener un vínculo armónico por el bienestar de sus hijas, Mía y Nina, quienes nacieron durante su relación de casi 23 años.

“Es triste, pero también es sano. Es sano cuando has amado tanto y cuando ambos se dan cuenta de que hay un hartazgo, incluso, como que quizás tú sabes que necesitas algo más y él también. Yo creo que al final lo tomas en el momento correcto”, reflexionó.

Andrea concluyó que, aunque el proceso fue doloroso, la experiencia les ha permitido a ambos crecer y establecer una dinámica saludable como padres.

“Las niñas están viendo que sí se puede terminar una relación de pareja desde un lugar sano, y que también puede llegar a ser lo mejor”, añadió.

Actualmente, asegura que su relación con Rubín es “increíble”, ya que han aprendido a convivir desde otro lugar, compartiendo responsabilidades y trabajando en equipo para criar a sus hijas con amor y estabilidad.

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