En el marco del XXI Festival de Octubre 2022 y ante la presencia de alrededor de 3 mil 200 estudiantes de bachillerato, la mañana de este lunes se realizó la conferencia “Un llamado al Corazón”, por Sebastián Marroquín, hijo del desaparecido narcotraficante Pablo Escobar.

Durante su plática, realizada en la Plaza de las Artes del CEART, Sebastián Marroquín, habló sobre cómo fue su niñez, como a los 16 años tuvo que cambiar su nombre, ya que no podía escapar de la violencia en la que creció.

“Por mí, a los 15 años, pedían 4 millones de dólares. Por lo que nos escondíamos en una casa que ni yo mismo sabía dónde estaba, pues nos llevaban con los ojos vendados, por si caíamos en las manos de nuestros enemigos, no nos torturaran para decir la ubicación”, comentó.

Explicó que por las redes sociales le llegan alrededor de 3 mil mensajes por día y lamentablemente, la mayoría de los mensajes dicen “vi la serie de tu padre, y quiero entrarle, quiero ser como él”, no saben lo equivocados que están.

“Yo los invito a que digan no a las drogas, los invito a que se informen, a que hablen con sus padres, y a que nos eduquemos, pues es la única herramienta para no caer en esto, aquel que se droga no se arrastra el solo a la perdición, sino a toda su familia y todo su entorno, la droga no discrimina, nos ataca a todos por igual”.

Con una explanada de CEARTE completamente llena, Sebastián Marroquín, le dijo a los jóvenes de bachiller que cuando él tenía 16 años, y su padre murió y tuvo una reacción violenta, y dijo que vengaría la muerte de su padre, y que haría lo que fuera para matar a los que lo habían matado, “esos 5 segundos de amenazas terminaron convertidos en más de 30 años de exilio para mí. Después de haber dicho esas amenazas y de entender el dolor que podía yo causar, supe que tenía que llamar de nuevo a los medios de comunicación para disculparme públicamente, y en esas disculpas, prometí que haría lo que fuera por la paz de mi país para el resto de mis días.

Con tristeza reconoció que “aun así, se me recuerda más por esa amenaza que por las acciones de paz que estado cumpliendo desde entonces”.

Acompañado de imágenes, el colombiano contó que hasta el día de hoy ha hablado con 150 familias víctimas directas de la violencia de Pablo Escobar. Perdonar no significa olvidar, significa sanar, dijo.

Una joven estudiante le preguntó si ha superado las amenazas de muerte que le han hecho a lo largo de su vida, por lo que el conferencista le dijo que una de las amenazas de muerte más tristes que recibí, fue ser amenazado porque no me convertí en Pablo Escobar 2.0, en un delincuente, en un narcotraficante o terrorista, las otras las acepto como parte de las consecuencias de las malas decisiones de mi padre que nos trajeron la violencia.

En una de las imágenes mostradas, había un basurero y casitas hechas de madera y cartón, las cuales usó para que explica que a principios de los ochentas, hubo un incendio en un basurero que consumió los hogares de miles de personas, y su padre empezó a utilizar el dinero del narcotráfico para ayudar a estas familias, y quiso construir un gran complejo habitacional.

“Los medios empezaron a decir que mi padre era el Robin Hood de Colombia, pero no nos podemos olvidar”, enfatizó, “de que el hecho de que mi padre haya querido ayudar a lagunas familias pobres, eso no le quita toda la sangre, dolor y violencia que se generó para el obtener ese dinero para ayudar a esas familias”. Y continuó: “No porque mi padre haya usado parte de su fortuna para ayudar a los más pobres, significa que haya sigo un hombre bueno o un santo, esas son cosas que a través de la desinformación los ha mantenido a ustedes haciéndoles creer que Pablo Escobar era un hombre bueno”.

Sobre la historia de su padre dijo: “Era mi padre, lo quiero y lo quise, pero el amor que siento por él, no me quita el conocimiento frente a la realidad que él vivió, y el legado violento y nefasto que nos dejó a toda la sociedad colombiana y latinoamericana”.

Su historia ha sido difundida por todas partes, pero llena de falsedades, y de cosas no ciertas, dijo, que alientan a los jóvenes a pensar que el camino de la criminalidad es el camino hacia el éxito.

Las gráficas que mostraba a los jóvenes, dejaban ver la realidad que le tocó vivir, que no tiene nada que ver con las series que pasan en la televisión, confiesa que es un producto que entretiene y trae, pero no es la realidad, porque en esos capítulos, muestran que su padre disfruto del 90% de la vida, y nos hace creer que Pablo Escobar es un caso de éxito, pero les tengo malas noticias, pues él no puede ser considerado así, pues, si no puedes disfrutar lo que tienes, eres más pobre de lo crees. Debes buscar la manera de salir adelante sin dañar a los demás.

“Lo más importante que me mostró, fue el camino que no hay que recorrer, yo sí tuve la oportunidad de convertirme en Pablo Escobar 2.0, crecí a su lado, vi como ejercía su violencia y su terror y pude aprender de él, pero la lección que me quedó a mí, fue que yo tendría que recorrer un camino completamente opuesto, si quería vivir. Si yo hubiera creído que tenía que ser el Pablo Escobar 2.0, yo ya estaría muerto”.

Al final, durante una atención a medios, dijo que su plática esta mañana fue vista por alrededor de 13 mil jóvenes de Baja California, quienes han escuchado este mensaje de paz, para que no tengan que transitar por el mismo dolor, la misma violencia, para aprender que la historia que Pablo Escobar nos mostró, es el camino que no hay que recorrer.

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