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El futbol femenil en México ha mostrado una evolución constante con el paso de los años
Lo que hasta hace tres décadas era algo impensable, hoy es toda una realidad. El futbol femenil está logrando tener más reconocimiento, titulares en los medios de comunicación, espacios especializados en el tema, oportunidades de crecimiento para las mujeres y la visibilidad de un deporte que, hace no mucho, era sólo por y para los varones.
Sin tener una liga profesional, ni el respaldo de la FIFA, por primera vez en 1970 se organizó un Mundial con siete países invitados: Inglaterra, Alemania, Dinamarca, Italia, Austria, Suiza y México. Un grupo de jugadoras mexicanas se aventuraba para viajar a Italia, donde se realizó dicho torneo, sin tener los apoyos necesarios, futbolistas que fuesen reconocidas, y contra todo pronóstico, lograron el tercer lugar en la competencia.
Para esas décadas ya existían futbolistas hombres que resaltaban entre todos los demás. El emergente talento de Pelé, la destreza de Franz Beckenbauer, el talento de Ignacio Calderón, entre otros. Daban muestra de lo que socialmente el futbol representaba para las personas y la importancia que este tenía en la vida.
Sin embargo, ninguna mujer lograba destacar. Entre las prohibiciones, la incredulidad y las reducidas oportunidades, México fue sede de un Mundialito de futbol femenil en 1971. En casa y con su gente, jugadoras como Elvira Aracén, Martha Coronado, Irma Chávez, María de la Luz Hernández, Patricia Hernández, Yolanda Ramírez, María Eugenia Rubio, Alicia Vargas, y demás, consiguieron algo impensable, llenar el estadio Azteca y que 110 mil personas fueran testigo de la primera Final que un combinado nacional femenil disputaría.
El equipo tricolor no alcanzó a quedarse con la copa, luego de sucumbir ante Dinamarca en la final. Sin embargo, rompió récord de asistencia que, hasta la fecha, sigue sin ser abatido, pese a que ya se cuenta con una liga profesional.
Aún con todo el fervor que este par de torneos generaron a nivel global, no fue sino hasta 1991 cuando se implementó el primer Mundial reconocido y avalado por la FIFA, mismo que se disputó en noviembre del mencionado año con sede en China, donde Estados Unidos dio muestra de su gran avance en la categoría para llevarse el trofeo e iniciar una época de dominio absoluto.
Fue hasta la tercera edición de la Copa Mundial Femenina cuando México debutó en dicha competición. En 1999, liderada por una irreverente Maribel Domínguez, la Selección salió muy apedreada de esa participación, ya que quedó situada en el Grupo B con Brasil, Alemania e Italia, viendo frustrada su posibilidad de avanzar de fase de grupos y culminando con 15 goles en contra.
Dentro de los Juegos Olímpicos, el futbol femenil fue tomado en cuenta apenas en 1996 y fue hasta Atenas 2004 cuando las mexicanas vieron su estreno en la justa. Pasaron de la fase de grupos, disputaron los cuartos de final, pero fueron superadas por Brasil con un marcador de 5-0. Hasta la fecha, es la única participación que el equipo femenino nacional ha tenido en unos Olímpicos.
México ha estado presente en apenas tres Mundiales: Estados Unidos 1999, Alemania 2011 y Canadá 2015. En todos ellos no se pudo superar la fase de grupos. Destacando que el equipo fue principalmente conformado por jugadoras mexicoamericanas, por la falta de materia en el país, por lo que en la nación vecina se encontró el talento que en México aún era desconocido.
Con todo y que el futbol femenil ya estaba presente en más competiciones, las ligas profesionales locales tardaron en llegar; en México, fue el 5 de diciembre de 2016 cuando el entonces presidente ejecutivo de la Liga MX, Enrique Bonilla, anunció que un torneo femenil llegaría un año después.
En mayo de 2017 se jugó la Copa MX Femenil en las instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol. Este proyecto piloto que albergó a 12 equipos fue la antesala de la Liga MX Femenil que se estrenó dos meses después.
Blanca Félix es una de las jugadoras pioneras de la Liga MX Femenil y ha sido doble campeona con las Chivas en el Apertura 2017 y Clausura 2022, manteniéndose hasta la actualidad como un pilar muy importante en el club rojiblanco.
Ante los cambios que han sucedido dentro de la competencia y que el camino para una mujer futbolista no es nada fácil, la arquera reconoce que la única clave del éxito es trabajar hasta conseguir las metas. Pero también estar abiertas a la transformación e inclusión de talentos emergentes, permite que la Liga siga aumentando la competencia y con ello el nivel de las jugadoras.
“El camino de un futbolista o de cualquier deportista no es fácil. Si te pones a analizar, hay más futbolistas que se retiran sin ser campeones, entonces tienes que cambiar hábitos, sobre todo mentales para seguir creciendo y no estancarte. A mí me ha ayudado ser constante y mantener la disciplina para no tirar la toalla y seguir preparándome”.
“De 2017 a la actualidad la calidad de las jugadoras, no solo individual, sino colectivamente, ha permitido que la liga mejore muchísimo. Vemos que hay muchas futbolistas que se les nota el cambio físico, al principio no teníamos los mismos hábitos. También el que ya vengan niñas trabajando desde más pequeñas les genera mayor experiencia y mejor trabajo, y eso al final, da mejor espectáculo”, comentó Félix.
Blanca reconoció que nunca había imaginado el poder disputar torneos internacionales, tanto a nivel Selección, como de clubes. Por lo que destaca este mérito como una lucha que se ha estado peleando desde hace varios años, logrando que las mujeres puedan ser referentes entre la sociedad, al grado de convertirse en leyendas o jugadoras históricas de las instituciones futbolísticas.
“Es un honor el poder ser considerada como una leyenda. Para mi ídolo es una leyenda, entonces ya que te pueden llamar como tal, quizás uno ahorita, que sigue activo, no se da cuenta hasta que a lo mejor ya se retire y voltee atrás y vea a el camino que recorrió, en este caso que yo dejé”.
“Nunca me había imaginado todo esto que estamos viviendo. Ha sido más de lo que alguien pudo haber imaginado para el futbol femenino aquí en México. El que haya torneos internacionales de clubes al final ayuda a crecer. Termina beneficiado también la Selección porque como jugadoras estamos mejorando y obviamente una puede aportar un poquito más. Todas estas competencias internacionales nos están sumando mucho y ojalá siga habiendo más y que sigamos creciendo de esa forma”, finalizó la arquera del Guadalajara.
Con el futbol femenil evolucionando, las publicaciones en los distintos medios de comunicación lo hicieron junto con él. De ocupar reducidos párrafos en medios impresos, pequeños lapsos de tiempo en televisión, se fueron abarcando más espacios hasta ocupar las primeras planas o los principales segmentos.
Dentro de El Informador se anunció la primera campeona de un Mundial Femenino, misma que fue Estados Unidos; así como también, la primera participación de México en esta máxima justa con el título “Día negro para el Tri” que hacía referencia a la goleada de 7-1 a manos de Brasil, casi toda una página completa para presentar un día histórico para el futbol femenino.
Entre más penas que glorias, se fueron documentando las participaciones de la Selección Mexicana en los diferentes Mundiales de diversas categorías como la mayor, Sub-20, Sub-17, entre otras. Sin tener tanta cobertura, el futbol femenino fue abriéndose camino para recordarle a la sociedad que era posible que una mujer pateara un balón de manera profesional y no solo con el temor de ser juzgada.
El primer partido histórico de la Liga MX Femenil sucedió entre Pachuca y Pumas, en el cual las Tuzas se llevaron el triunfo y también fue plasmado en las páginas del diario. Un día después de ese partido, vino el Clásico Tapatío, con otra victoria para el recuerdo, ya que las Chivas se quedaron con los tres puntos ante Atlas, mismo que también quedó impregnado en tinta.
Después de cuatro meses de competición, vino la gran final. El Rebaño contra las hidalguenses en el estadio AKRON. Con la capitanía de Tania Morales y bajo el comando de Luis Camacho, el Guadalajara Femenil alcanzó su primera estrella, y con ello, salir en la primera plana como las “Campeonas históricas”.
Ante la creciente globalización del futbol femenil en todos los ámbitos, fue apareciendo la Champions League en Europa, Mundiales de Selecciones en todas las categorías, permitiendo partidos internacionales entre clubes de América y Europa, además de torneos regionales.
Este ha sido un año de evolución y sobre todo, de inclusión. En febrero, se realizó la primera Copa Oro W que tuvo a Selecciones de Concacaf y otras invitadas de Conmebol; en esa inédita edición, México derrotó a Estados Unidos en fase de grupos y llegó hasta semifinales, instancia en la que fue eliminada por la verdeamerela.
A nivel de clubes, se implementó la Summer Cup, competencia que enfrentó a seis conjuntos de la Liga MX Femenil y 14 de la NWSL, misma que se juega a partir del 19 de julio y se conocerá a la campeona el 25 de octubre. Chivas, América, Rayadas, Tigres y Tijuana no encontraron las herramientas para superar a las escuadras estadounidenses que llevan años de ventaja. Sin embargo, sí alcanzaron triunfos importantes.
Asimismo, también se gestó la Concachampions Femenil; en ella sólo se encuentran las Águilas, Monterrey y las Amazonas. Pero será un parteaguas para que existan más ediciones y se puedan sumar otros conjuntos mexicanos con el nivel suficiente para llegar aún más lejos.
Este último torneo será un trampolín para el primer Mundial de Clubes Femenino que se tiene contemplado para principios de 2026 y el cual contará con 16 equipos tanto de Europa, de la Liga estadounidense, posiblemente de la Liga MX Femenil y otros continentes.
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