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Nadie lo hubiera imaginado hace unos años, pero ocurrió: Cruz Azul enfrentó al Atlas por el Campeón de Campeones. Dos equipos que arrastraron décadas de sequía en títulos compitieron como los dos recientes monarcas de la Liga MX. Y La Máquina se llevó el trofeo por penales 4-3, tras terminar el tiempo regular con empate 2-2.
En los pénaltis anotaron y fallaron en igualdad de oportunidades. El último disparo de la tanda los enfrentaba con tres tantos por bando. El quinto turno y definitivo fue para dos de los anotadores en tiempo reglamentario y que ahora lo harían desde los 11 pasos. Santiago Giménez marcó el suyo con frialdad. Julián Quiñones envió fuera del arco para decretar la victoria celeste.
El duelo tardó en mostrar algo en el marcador. Ante la insistencia y los fallos en remates, los goles llegaron por jugadas a balón parado. El primero en marcar fue Atlas.
Cuando se tiene a un especialista en tiros de este tipo como Emmanuel Aguilera, hay que aprovecharlo. El jugador midió, enfiló al esférico para dibujar un tremendo disparo que terminó en la red al minuto 42.
La respuesta cayó minutos después, cuando en un córner Santiago Giménez cabeceó con potencia al minuto 47. Antes había fallado un tiro por muy poco. Una media vuelta cuyo trazo pasó por encima del travesaño. Pero en esta oportunidad no desperdició y le dio a los celestes el empate en el tiempo agregado de la primera parte.
En el arranque del segundo lapso, La Máquina estuvo más cerca de la ventaja. Un remate de Carlos Rodríguez pasó frente a la portería.
Aunque el premio al esfuerzo lo consiguió cuando Juan Escobar mandó un centro preciso de tres dedos y remató de cabeza Ángel Romero con un clavado espectacular al minuto 63.
El partido estaba por terminar, pero Atlas no quería irse con la derrota y se volcó a buscar el empate. El portero Camilo Vargas cabeceó a la meta celeste y el arquero cementero Sebastián Jurado rechazó; el contrarremate se volvió una rebatiña pero Julián Quiñones consiguió que la pelota cruzara la línea al minuto 91. El desenlace tuvo que definirse en el terrible destino de los once pasos.
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